Un niño extraterrestre ha llegado de intercambio al colegio de Tomás. El pobre no entiende muy bien cómo funcionan las cosas en la Tierra y se sorprende constantemente de algunos comportamientos, como aquel día en el recreo en que un niño mayor intimida a uno pequeño para que le dé su bocadillo, o aquel otro en el que los amigos de Tomás se ríen de un compañero porque está jugando con las niñas...
Ingenuamente, el extraterrestre pregunta todo el tiempo el porqué de estos comportamientos a Tomás. Pero, ¡qué pesado este extraterrestre! ¿Por qué esto?, ¿Por qué aquello?... ¿Por qué su amigo pregunta tanto? ¡Tomás tiene ya ganas de que se vuelva a su planeta! Las cosas aquí siempre se han hecho de esta manera y no podemos hacer nada para cambiarlas... ¿O sí?
¿Podría Tomás cambiar las cosas si se lo propusiera?